La ortografia de la lengua española debe:
- Relegar el
principio etimológico a un segundo lugar, como valientemente ya hizo la
ortografia italiana oficializando la asimilacion regresiva (attuale, immorale, osservatorio,
ottavo, sussidio...), simplificando los prefijos (costante, costituzione, istante, istinto, ostruire...) y
desterrando la h muda (abitare, erbivoro, eroe, umano,
umore...).
- Ser menos
rigida y tomar nota de la flexibilidad y libertad de la ortografia inglesa.
El filologo y academico de la española Emilio Lorenzo dijo en una
entrevista que «el idioma ingles no tiene miedo al ridiculo [...]. El
idioma español siente recelos y temores ante cualquier innovacion y no
llega al aprovechamiento exhaustivo de sus propios recursos expresivos».
Es muy de admirar cómo la lengua inglesa ha conseguido con una escritura
simple, estetica, sin tildes y sin ningun otro signo diacritico
representar sus 35 fonemas con solo 26 letras.
- Ser
autenticamente panhispanica teniendo en cuenta a todos los hablantes, a
semejanza de lo ocurrido con la ortografia portuguesa, en cuya reforma se
ha tenido mas en cuenta al portugues de Brasil que al de la metropoli,
como asi defendia Jose Saramago, en virtud de la gran diferencia del
numero de hablantes entre Brasil y Portugal. Se calcula que en la reforma
de la ortografia portuguesa se van a cambiar el 1,5% de las palabras
utilizadas en Portugal y solo el 0,5% de las palabras utilizadas en
Brasil. Los portugueses han tenido que ceder en pro de la unidad del
idioma.
La RAE debe democratizarse y asumir que, si
bien es la academia del pais donde nacio la lengua, en la actualidad solo
representa al 10% de hispanohablantes y no puede erigirse en directora ni
ostentar la maxima autoridad. Por su parte el resto de academias debe ver a la
española no como superior sino como igual. Para que se mantenga la unidad de la
lengua es necesario el consenso entre academias debiendo ser aprobadas sus
decisiones con el respaldo de una muy amplia mayoria y eliminando el «derecho a
veto» de la española. Afortunadamente poco a poco la RAE va cediendo terreno a las otras academias. Y asi dice el
escritor mexicano Juan Villoro que «la señal mas importante de que la lengua no
es patrimonio exclusivo de España esta en que ya se acepta la palabra
“españolismo”». Y el nuevo flamante director de la RAE, el filologo Jose Manuel Blecua, en declaraciones al periodico
español El Mundo ha dicho que «los
españoles tenemos que aceptar que no somos el centro del idioma».